Publicado neste blog, unha historia chea de tenrura:
¿Cómo
se realiza el duelo cuando el dolor se clava en el alma? ¿Cómo seguir
viviendo? Juan Francisco Arakama Imaz, de 57 años, carnicero de Alsasua
se vio obligado a aprenderlo en sus propias carnes cuando el 16 de
agosto del año 2005 un accidente de tráfico en la carretera de Zizur,
con un camión que se empotró en el coche que conducía su hijo, mató a
éste con tan sólo 20 años.
Estaban muy unidos, iban juntos a pasear,
al cine, a esquiar, trató de apoyarse en la familia, muy unida, su
mujer, sus cuñados, le ayudaron a superar la inmensa pérdida. Seguía
saliendo al monte con Zeus, el perro de su hijo y era un poco como
salir con él pero el dolor seguía, lacerante. Un día se atrevió a
entrar de nuevo en la habitación de su hijo y vio sus estanterías
llenas de libros. Empezó con "Cartas a Sophie" y aún no ha parado.
Nunca
había sido hombre aficionado a la lectura pero descubrió que a través
de ella podía estar en otras partes, vivir otras vidas, mitigar su
inmenso dolor. Y, solidariamente, quiso compartir su descubrimiento.
Así que instaló en su establecimiento de venta de carnes una estantería
llena de libros y le habló de su nueva afición a sus clientas. Así
comenzó un sistema de préstamos de libros que le ha hecho popular. Cada
día hay libros que se devuelven y se prestan en su negocio, todo
gratis, para ayudar a "continuar la vida". La pérdida de un hijo es
siempre irremplazable pero los libros han demostrado ser una buena
terapia y un linimento muy especial para el dolor.
He llegado aqui buscando libros,y me he encontrado con una verdad terrible,lamento de corazón tan grande perdida.Me gusta tanto leer que hace cosa de un año también dedique un pequeño lugar a los libros en mi tienda.
ResponderEliminarUn abrazo
Mariona
Es maravilloso oír historias como la tuya, de amor a los libros y a la lectura. Un abrazo y gracias por tu visita.
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